Se oficializó la alocución “Río del Tigre” como la interpretación oficial del topónimo “Villaguay”
Lo aprobó por unanimidad el Concejo Deliberante en su última sesión, a partir de una iniciativa presentada por el ejecutivo.
El proyecto de ordenanza presentado por la gestión municipal que encabeza el intendente Adrián Fuertes propone una interpretación oficial del significado del vocablo “Villaguay” y la adopción del isologotipo definitivo de la ciudad. Ingresó al cuerpo legislativo el 30 de mayo pasado, y fue evaluado en comisión antes de ser sometido a votación el jueves 18 de julio.
Finalmente, en esa instancia, fue aprobado por unanimidad por el pleno del cuerpo, sin cambios en su redacción. De este modo, se oficializa como interpretación oficial del vocablo “Villaguay” la acepción “río del tigre”, y en esa línea, se establece el logotipo con la imagen del felino, imagen que ya fuera adelantada al inicio del mandato de la actual gestión municipal.
El trabajo se nutre de aportes de los escritores Miguel Ángel Federik, Héctor Santomil y Ricardo Moreyra, quienes a través de la investigación bibliográfica, el intercambio de conocimientos, el trabajo colaborativo, y la recuperación de trabajos de reconocidos villaguayenses de anteriores generaciones como Manuela Chiesa de Mammana, Justo José Miranda y Juan Emiliano Carulla, para arribar a una respuesta fundamentada sobre el significado de la denominación “Villaguay”.
¿Por qué establecer una interpretación oficial?
El Pueblo tuvo acceso al proyecto original, denominado “Identidad”, que en sus fundamentos se propone “dirimir la discusión sobre el origen y el significado de la denominación de nuestra ciudad bicentenaria”, considerando aquello como un aporte “fundamental para la construcción de identidad de nuestro pueblo”, y también con miras a las próximas generaciones, “a las que el tiempo que permitirá a quienes nos sucedan abrazar nuestras afirmaciones o repensar verdades y creencias”.
Un trabajo colaborativo
La tarea comenzó con el relevamiento de los antecedentes del vocablo en la historiografía, y luego se trabajó sobre las 3 acepciones más conocidas del término. “Aunque no se cuenta con investigaciones exhaustivas que puedan precisar la etimología del topónimo Villaguay, a través de la recopilación de diversos relatos, este parece tener 3 acepciones, todas derivadas de la lengua guaraní: a) "Río del Tigre"; b) "Manantial que brota del tronco"; y c) "Río / arroyo de la cueva de las culebras", se explica.
Así, en primer lugar el escritor Miguel Ángel Federik realiza una exhaustiva recopilación lingüística que fundamentalmente indaga sobre el vínculo entre la lengua guaraní y la toponimia, para arribar a algunas conclusiones: “Y así, que la voz Villaguay ya contenga la voz ‘yaguá’, más allá de su grafía actual (llaguá) y de su pronunciación natural y heredada de hacer “ye” por “elle”, nos remite a jaguar (tigre según los otros), porque en la Selva de Montiel existieron jaguares y pumas, pero nunca ‘tigres’ exactamente”.
“Ello conduce a pensar que si hubo –realmente– una designación guaraní previa –luego españolizada y modificada en la grafía– esa voz seria Îyaguaí: por su relación cosmológica entre habitantes o moradores en aguas del ‘Tigrecito’”, sostiene más adelante, y en tal sentido, cita al investigador J. L. Buffa (1999), en cuanto a “al (río) arroyo Villaguay lo forman el Villaguay Grande y el Villaguay Chico (o Villaguaycito), afluentes por la margen izquierda del Gualeguay, y que eran llamados Y-yaguai o Y-yaguaí; y por la ribera derecha, tenemos al Tigre y al Tigrecito, que son designaciones españolas porque aquí no hubo tigres, si no jaguares (que son, como se ha expresado, especies del mismo género, y similares en consecuencia)”.
El profesor Ricardo Moreyra, por su parte, retoma investigaciones de Manuela Chiesa de Mammana, e introduce un aporte del padre Gilberto Suárez, quien en su obra Recopilación Histórica del Pueblo de Villaguay (1804-1920) da a conocer que el General Crispín Velázquez hico grabar al pie de un vaso sagrado que luego donaría a iglesia parroquial, lo siguiente: "A la Parroquia de Billaguay”. Moreyra sostiene que esto permite hipotetizar que en un primer momento se conocía como “Billaguay”, y que con el tiempo, y con el mismo motivo etimológico cambió de Billa (con B labial) por el de Villa, tal como lo escribimos en la actualidad; observando que "villa" es de significación netamente española.
La colaboración de Héctor Santomil parte de la cosmovisión del pueblo charrúa entrerriano, para afirmar que “si hay un animal que simboliza la identidad de las tierras ancestrales de Entre Ríos, ese es el Jaguar”, al que se describe como un “habitante extinto de lo profundo de la selva montielera, sobre todo en el impenetrable centro de la provincia”.
A partir de ello, retoma al antropólogo José Luis Picciuolo Valls, quien en “Una cronología charrúa entrerriana” menciona que “en los pajonales desérticos que se dilataban en los campos de Curuzú, la Selva del Montiel y por el sur las islas del Ybikuí, llenas de Jaguares, protegían el centro de la provincia; los bañados del Gualeguay que por ello, justamente llamaron ‘Ríos de los Charrúas’, ascendiendo a través de él hasta la depresión del ‘Y Jaguarí’ (El ‘Río del Jaguarcito’, hoy Villaguay) conformaron la zona donde los suaj (líderes Charrúas) se refugiaban por ser centro estratégico y paso obligado”.
Más adelante, el trabajo aporta datos sobre las características del yaguareté y su presencia en Argentina y en la provincia. Particularmente, sobre su presencia en nuestra región, se cita a Juan Emiliano Carulla, el médico y periodista villaguayense que en su libro Al filo del medio siglo (Huemul, 1964), en su primer capítulo, “Naturaleza y fuerzas telúricas”, cuenta sobre sus recuerdos de infancia (él había nacido en 1888), y allí menciona en detalle la presencia del tigre en “las riberas del Villaguay, hacia el oeste”, por donde solían “llegar al Gualeguay”.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión