La Escuela Popular Charrúa Etriek anuncia una pausa para la reformulación de su proyecto cultural tras 20 años de trayectoria
Días atrás, la Escuela Popular Charrúa Etriek compartió un comunicado a través de sus redes sociales, anunciando una pausa temporal en su actividad para reformular el proyecto y darle un nuevo sentido a sus acciones. Este anuncio llega tras dos décadas de trabajo en la comunidad y responde a la necesidad de resignificar el espacio que desde 2004 ha sido un pilar cultural y comunitario.
El comunicado, titulado "20 años no es poco", hace un repaso de la historia de la escuela, señalando que en sus primeros años, el proyecto fue concebido con un claro objetivo: reconstituir los vínculos comunitarios, revertir la percepción negativa sobre la identidad indígena y promover la conciencia y asunción de la identidad nativa charrúa. Desde su creación, la escuela se dedicó principalmente a la gurisada (niños y adolescentes), pero con el tiempo, su alcance creció, abarcando también a las familias de los jóvenes participantes.
Un espacio de crecimiento cultural y comunitario
A lo largo de estos 20 años, la Escuela Popular Charrúa Etriek ofreció una amplia variedad de actividades culturales y educativas. Inicialmente, las propuestas se centraron en la práctica de música y danza, pero con el tiempo se incorporaron otras disciplinas como la literatura, las artes plásticas, la fotografía, y la producción audiovisual. Además, la escuela organizó recitales, festivales, encuentros culturales y publicaciones impresas, actividades que promovieron la expresión artística y la cohesión social en diferentes localidades de la región, como Concordia, San Salvador, Paraná, Macia, y Chajarí, entre otras.
Otras iniciativas, como la cocina y la luthería, también fueron parte de la propuesta de la escuela, que se destacó por ser un lugar de integración y socialización para las familias, al tiempo que fortalecía la identidad de la comunidad charrúa.
La consolidación de la comunidad Charrúa Etriek
El comunicado también destacó que, con el paso de los años, la comunidad Charrúa Etriek se ha consolidado de manera independiente de las actividades propuestas por la escuela. De esta forma, la escuela popular ha dejado de tener el mismo sentido de pertenencia y necesidad que tenía en sus primeros años. Según las autoridades de la institución, el ciclo de la Escuela Popular Charrúa Etriek como experiencia cultural y comunitaria ha cumplido con creces su objetivo, superando las expectativas fundacionales.
Con esta reflexión, los miembros de la escuela comunicaron la decisión de dar por concluida la experiencia. Sin embargo, aclararon que el espacio físico continuará en funcionamiento. La sede, ubicada en un lugar simbólico para la comunidad, mantendrá su muestra artística permanente y estará disponible para reuniones, clases, cursos y eventos culturales íntimos, tales como recitales acústicos, exposiciones de arte y teatro, siempre con la posibilidad de que aquellos interesados soliciten el espacio con anticipación.
La pausa de la Escuela Popular Charrúa Etriek marca el cierre de una etapa de construcción cultural y comunitaria que ha dejado una huella profunda en la identidad local. Aunque el proyecto cambia de dirección, la escuela sigue abierta a nuevas experiencias y a seguir siendo un referente para aquellos que deseen conocer más sobre la cultura charrúa y su historia.
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