La celebración del Día de la Caña con Ruda es una tradición que persiste
Cada 1º de agosto, Nogoyá se viste de tradición para celebrar el Día de la Caña con Ruda, una jornada dedicada a la Pachamama, la Madre Tierra, que en esta región se ha transformado en una festividad propia. A pesar de no estar respaldada por ninguna ley terrenal, esta celebración pagana se ha arraigado profundamente en la cultura local, convirtiéndose en una ocasión para el encuentro y el compartir, similar al ritual del mate.
El Pueblo tuvo la oportunidad de entrevistar a Sebastián Cejas, un ferviente defensor de esta costumbre, quien desde hace diecisiete años ha mantenido viva la tradición en Nogoyá. "Esto es algo que tengo muy a flor de piel porque mamé la tradición de mi tío que ya no está", comentó Sebastián desde su comercio “Ña María”, en pleno Barrio San Roque. Lo que comenzó con dos botellas de caña en 2006, hoy se ha convertido en una producción de más de quinientas botellas que no solo se comparten localmente, sino que también se comercializan en otras partes del país.
Una tradición adaptada a los tiempos modernos
La celebración ha evolucionado con el tiempo. "Los tiempos han cambiado, incluso para la caña con ruda, pero la esencia de mantener viva la tradición es intocable", reflexiona Sebastián. Anteriormente, figuras emblemáticas como don Oscar Beltramino recorrían el pueblo con atuendos gauchos y una botella de caña con ruda. Hoy, aunque las recorridas tradicionales han disminuido, el espíritu de la tradición se mantiene a través del convite que organiza Sebastián cada 1º de agosto.
El secreto de la preparación
La preparación de la caña con ruda tiene sus secretos, aunque Sebastián no duda en compartir su método. "Mi secreto de preparación es público", afirma. Cada 1º de agosto, además de ofrecer el convite, Sebastián ya comienza a preparar la caña para el próximo año. "Sé que hay gente que la prepara el 1º de julio para tomarla el 1º de agosto, pero a mí no me parece un buen método. En mi caso, preparo la caña el mismo día de la celebración para el año siguiente", explica.
La preparación y el envasado de la caña con ruda son momentos de camaradería. "Al negocio lo llevo solo, pero atrás mío para el convite hay un conjunto de amistades que me dan una mano. Es un buen pretexto para juntarnos, tomar unos mates, cenar algo y pegar etiquetas. Creo que es parte del ritual, eso de abrir las puertas de la casa de uno para compartir", señala Sebastián.
La tradición ha crecido tanto que Sebastián ahora envasa la caña en pequeñas petacas, facilitando su distribución y acceso. "En la edición número 12, surgió un grupo de personas que comenzó a pedirme botellas para llevar, sobre todo para la gente mayor que no podía salir en los días fríos", comenta. Hoy, estas petacas se venden en Nogoyá y se envían a otras partes del país. Además, muchos visitantes aprovechan la festividad de la Virgen del Carmen para llevarse una botella de caña con ruda como recuerdo.
El significado del 1º de agosto
El 1º de agosto no solo marca el inicio del segundo semestre del año, sino que también es visto como un "payé sagrado" para enfrentar los desafíos del mes y prepararse para la primavera. Tomar tres traguitos de caña con ruda es una práctica que, según la creencia popular, ayuda a espantar los males y atraer la buena fortuna.
Sebastián Cejas es un claro ejemplo de cómo las tradiciones pueden adaptarse y perdurar en el tiempo. Con su compromiso y dedicación, ha logrado que el Día de la Caña con Ruda siga siendo una celebración importante en Nogoyá. "La gente ya sabe que se aproxima la fecha y se tiene que acercar al convite, el que no tiene costo para ellos y uno lo hace con recursos propios del comercio y de manera desinteresada", concluye Sebastián, reafirmando su compromiso con esta hermosa tradición.
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