El Papa Francisco y su legado inconmensurable
Por Adrián Federico Fuertes Presidente Municipal de Santa Rosa de Villaguay
En estos tristes días, nos toca como pueblo y como humanidad despedir al papa Francisco, ese cura al que fueron a buscar “al fin del mundo” y que además de enorgullecernos como argentinos, nos trajo un profundo orgullo como cristianos, porque los principios que guiaron su papado pusieron la mirada, las oraciones y las acciones en los pobres, los migrantes, los excluidos, el cuidado del ambiente y la lucha contra el colonialismo y el individualismo.
Desde los primeros días, Francisco convocó a los jóvenes a “hacer lío”; a todos los católicos a “sacar las iglesias a la calle”; a quienes tenemos responsabilidades, a no olvidar que “el verdadero poder es el servicio”; y a la humanidad toda, a “cuidar el mundo que nos rodea y contiene”, que es “cuidarnos a nosotros mismos” y para eso “necesitamos constituirnos en una comunidad que habita una casa común”.
Desde los inicios de su papado supimos que su presencia en la Iglesia sería transformadora, y nuestra ciudad decidió homenajearlo prontamente, allá por 2013, cuando a partir de una consulta que hice a los vecinos, se resolvió de manera comunitaria a través del voto popular, y luego con la sanción del Concejo Deliberante, que nuestro Centro de Convenciones lleve su nombre a partir de su inauguración dos años después.
Su obra, su pensamiento, su gran capacidad de lectura y sus palabras reconfortantes son inabarcables, y seguramente por décadas se analice y se recuerde todo lo que dejó su paso por esta tierra. A mí, como militante del campo popular, me gustaría recordar hoy a Francisco con una serie de definiciones que dejó hace un tiempo en una entrevista que dio a Télam, y que creo que son una guía para pensar nuestro trabajo a quienes nos dedicamos a la política y a la gestión, pero también para todos los que queremos hacer de este mundo un lugar mejor:
“Hay cuatro principios políticos que a mí me ayudan, no sólo para esto, sino incluso para resolver cosas de la Iglesia. Cuatro principios que son filosóficos o políticos o sociales, lo que vos quieras. Los voy a mencionar:
La realidad es superior a la idea. O sea, cuando te vas por los idealismos perdiste la realidad, tocar la realidad.
El todo es superior a la parte. Buscar siempre la unidad del todo.
La unidad es superior al conflicto. Cuando vos privilegiás los conflictos, dañás la unidad.
Y el tiempo es superior al espacio. Los imperialismos buscan ocupar espacios. La realeza de los pueblos, la grandeza de los pueblos es iniciar procesos.”
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