A propósito del Día del Árbol
La fecha se celebra en nuestro país desde 1901.
La conmemoración fue propuesta por el Dr. Estanislao Zeballos, y resalta la importancia de este recurso natural. Los árboles oxigenan el aire, protegen el suelo y reducen los efectos del calentamiento global, entre otras de sus numerosas y vitales funciones.
En Argentina, en las áreas protegidas se conservan especies de valor excepcional, como lo es el alerce, la segunda especie viviente más longeva del mundo. Otra de las especies destacadas es el pehuén o araucaria, una conífera considerada un fósil viviente, de cuya especie hay un ejemplar en la plaza 25 de Mayo, que según cuentan, data de 1924.
En nuestra región, la Selva de Montiel alberga ejemplares de ñandubay y el algarrobo negro, acompañados de otros de gran porte como el quebracho blanco, el guaranináes, el algarrobo amarillo y el algarrobo blanco.
Junto a ellos se hallan otros de porte medio, tales como: espinillos, molles, aguaribay, talas, chañares, coronillos, breas, que forman los espinillares en los bosques bajos de los suelos menos drenados. Los arbustos más frecuentes son garabato, ñapindáes, chilca, chilca negra, tabaquillo, celastrácea, camará, y el cardón.
Otros ejemplares que se suman a su fisonomía característica son las palmeras yatay y caranday, que se presentan formando palmares.
Nuestra ciudad aún conserva numerosos árboles en sus plazas, avenidas y veredas, aunque en algunos sectores del centro se han removido importantes ejemplares que otorgaban protección a aves e insectos, y colaboraban con su sombra a reducir el recalentamiento que producen las construcciones de cemento.
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