A El Pueblo, en sus renovados 99
Por Miguel Ángel Federik
Si, como afirma el saber popular, todo escritor comienza a serlo cuando se lo publica, debo a El Pueblo mi iniciación en ese camino, merced a la generosidad de uno de sus preclaros periodistas de raza como lo fuera don Pedro Nolasco Gutiérrez.
Después, y en tiempos en que los matices partidarios más que impedir los diálogos políticos los enriquecían, de mis conversaciones casi de trasnoches con Juan Carlos “Chino” Surra surgieron otras colaboraciones, alguna publicada como editorial inclusive, que luego continuaron por diversos modos con María José, su hija.
No soy entonces autorreferencial, sino más bien testigo de la valiosa contribución que este diario ha realizado a favor de los valores cívicos y culturales y de las funciones irrenunciables del periodismo en su medio.
Desde la Inglaterra del S. XVIII es conocida la expresión “el Cuarto Poder”, luego cualificada y celebrada en las democracias occidentales –incluida la que supimos conseguir en 1983– como parte esencial de las convivencias en pluralidad y diferencias, siempre amenazadas por los discursos únicos y sus otros autoritarismos de sentido.
Por otra parte, sus archivos primorosamente preservados, son y conforman la historia de nuestra ciudad de cada día y día a día, casi durante en siglo…
Celebro sus 99 años y auguro otros tantos, pues ningún medio digital y extraño nos asegura –hoy por hoy– ni esas permanencias ni esos registros de las mil y una cosa que por aquí se han dicho y sucedido a nosotros, sus lectores y vecinos.
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